jueves, 12 de febrero de 2009

Carlos Díaz, borrado del mapa
Justo en en este punto de la cordillera Septentrional estuvo la comunidad Carlos Díaz, tras el derrumbe, muy pocas casas quedaron en pie. josé de leon
Justo en en este punto de la cordillera Septentrional estuvo la comunidad Carlos Díaz, tras el derrumbe, muy pocas casas quedaron en pie. josé de leon

“Damos gracias a Dios porque salimos vivos”: Ramona Peralta.

Octavio Pichardo

German Marte
Tamboril, Santiago.- Sin poder aún reponerse del susto que les provocó escuchar el rugir de la cordillera poco antes de desatar su furia y sepultar sus casas,  los árboles, las calles, sus animales y el resto de sus pertenencias, muchos de los antiguos residentes en la comunidad de Carlos Díaz dan gracias a Dios porque nadie murió.

Hay quienes afirman que Dios se le apareció en sueños y les advirtió de lo que iba a pasar y fue por eso -dicen- que salieron con vida.

 En el lugar donde residían unas 180 familias sólo queda un claro que se avista desde varios kilómetros.

 La escena es conmovedora. Más de 70 casas fueron destruidas por las furias de la cordillera, que vertió toneladas de tierra sobre ellas. Pero todo el que vivía allí tuvo que abandonar el lugar. 

¿Falla geológica? 
Las autoridades atribuyen el derrumbe a una falla geológica que hay en la cordillera Septentrional.

“Ahí hay una falla (geológica). Si ustedes vuelan por arriba, porque no se puede llegar por tierra, se van a dar cuenta que ahí no hay sostén del terreno”, expresó el secretario de Obras Públicas al ser consultado mientras acompañaba al Presidente en Tamboril.

Víctor Díaz Rúa dijo que hay que analizar hasta dónde llega la falla y proceder a trasladar a la gente.

Dijo que todavía están evaluando los daños, pero consideró que la inversión que hay que hacer no es mucha.

La visita del Presidente
Desde el lunes, unas 143 familias de Carlos Díaz y otras comunidades cercanas han sido alojadas en el polideportivo de Tamboril. Pero ya muchas han sido acogidas por familiares.
Ayer, recibieron la visita del Presidente de la República, quien entre aplausos de los presentes prometió que el Gobierno les dará el apoyo necesario para trasladarlos a un lugar mejor.

 Entre otras cosas les dijo que el Gobierno iba a pagar el alquiler de casas para trasladarlos hasta tanto se construyan las casas donde van a vivir, porque muchos de ellos no podrán volver a Carlos Díaz. También prometió una escuela.

La arquitecta Alma Fernández, directora del Instituto Nacional de la Vivienda, declaró que el compromiso del Presidente es que ninguno de los afectados por los fenómenos naturales  se quede sin su vivienda.

Vigilancia epidemiológica
El secretario de Salud Pública, Bautista Rojas Gómez, dijo que para evitar el brote de enfermedades entre los refugiados en el polideportivo había dispuesto una vigilancia epidemiológica, a cargo de un equipo de médicos con el apoyo de una unidad móvil.

El funcionario afirmó  que hasta ahora todo está bajo control.

Hubiera preferido morir
“Para estar así, es mejor estar muerto. Yo perdí más de la mitad de mi vida”, dice Octavio Pichardo.

Con 75 años encima, sin casa, a Octavio le quedan pocas  esperanzas. Tras aclarar que  es cristiano y como tal no  va a atentar contra su vida, afirma  que entre lo que le está ocurriendo y la muerte no hay diferencias.

No confía en las promesas. Y por eso está decidido a desafiar el peligro y volver a cultivar lo que quedó de su parcela.

“Llorando por dentro”
Juan Abreu, abogado y agrimensor, nació y se crió junto a diez hermanos en Carlos Díaz. El lugar era parte de su vida.

Hoy la  casa que lo vio nacer y donde residían sus padres, lo mismo que otra propiedad que había adquirido para venir a pasar los fines de semana, ya no existen.

Ayer se dirigió en su yipeta  hasta unos dos kilómetros de donde ocurrió el derrumbe, inútilmente pidió a los militares que lo dejaran pasar. Tuvo que conformarse con ver de lejos el sitio  donde estuvo su pueblo.

“Yo no he llorado quizá por fuera, pero por dentro me siento destrozado. Desgraciadamente,  ya mi comunidad desapareció del mapa”, expresó Abreu.

No perderán su año escolar
El secretario de Educación, Melanio Paredes, garantizó que los estudiantes de la comunidad Carlos Díaz no perderán el año escolar.

Dijo que dispuso que los alumnos reciban clases en la escuela de Canca la Piedra, que está aproximadamente a dos kilómetros del lugar y que se encuentra disponible.

 El funcionario, quien acompañó al presidente Leonel Fernández en su visita a los damnificados por los derrumbes, explicó que el Gobierno puso a la disposición dos autobuses para el traslado de los niños desde el lugar donde estén hasta la escuela.

Entretanto, el Presidente anunció que el Gobierno construirá una nueva escuela de 13 aulas.

el derrumbe Algunas casas comenzaron a agrietarse desde el domingo. A la 1:30 de la madrugada del lunes se produjo el gran derrumbe.

en el polideportivo   De Tamboril fueron albergadas 143 familias de Carlos Díaz y otras comunidades, pero algunas hanido a casas de parientes.

 en otro lado La mayoría de las familias tendrá que ser llevada a otro lugar.

 

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